Ensayo sobre la ceguera

En la última jugada Alianza pasó de un mediocre empate a una devastadora derrota. Error capital de Arrué le costó caro el resultado a la blanquiazul.

Inexplicable. ¿Qué te puedo decir a ti, hincha blanquiazul?. En un deporte al que todos llaman ilógico, pero al que muchos le encontramos razones reales y notorias. Lo de ayer no es la muerte del chileno dueño del banco íntimo, pero es un grave accidente del que le será duro recuperarse.

El del primer tiempo fue un clásico Alianza, nada rutilante pero con intentos de peligro esporádicos, con un Mendoza irreconocible en la primera mitad: encarador, metedor, realmente incisivo. Arma fundamental en los primeros 45', ante un desaparecido Maestri. Por entonces, ni el más entusiasta fanático rimense imaginaba la victoria como hace 7 años atrás, sino, hacía fuerza mental por evitar el primer tanto blanquiazul que nunca llegó.

La improductividad de mediocampo hacia adelante llevó a pensar a Arrué en Reimond Manco como habitual solución (negada) para los segundos tiempos, y no tardó mucho en hacer efectivo su ingreso minutos después de iniciado el complemento. Días atrás, Oblitas había estudiado hasta el hartazgo el ingreso del '27' y no tuvo problemas en enviar a sus defensores a anularlo. Instantes después, ante la inoperacia de Jeickson Reyes -y que no digan que no se le da oportunidad a los jóvenes- JUNIOR VIZA, EL VOLANTE MAS CLARO DE CARA AL ARCO DE DELGADO, PASO AL LATERAL IZQUIERDO.

El resto era claro efecto de lo que hizo el técnico local, pues la desnudez medular blanquiazul facilitó el trabajo a los conductores bajopontinos, quienes le permitieron a Cristal hacer suyos los últimos minutos. Tiro libre ganado al final del partido por Prado, centro y gol de Da Silva, mucho por hacer ya no había. Rostro de preocupación en Arrué... y de impotencia en la tribuna.

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