Con el empate de ayer ante Melgar (1-1), Alianza Lima convierte en remotas sus posibilidades de alcanzar el Clausura. Ahora los de Arrué tendrán que vencer en la última jornada a un 'Muni' que se juega todo por la baja y esperar tropiezos de 'Bolo' y la 'U'.
Es ésta de esas crónicas que no me gustan escribir, pues no hay emoción positiva para relatar un buen resultado blanquiazul. Y aunque el empate de ayer en cualquier otra circunstancia hubiese resultado atractivo, en la actual situación no hace más que sepultar gran parte de las chances aliancistas de levantar la Copa Cable Mágico en la presente temporada.
En un partido polémico ya desde antes de jugarse por la no inclusión del golero uruguayo Rodríguez y la apuesta por un inactivo Diego Carranza, pues se prestaba a suspicacias como una probable 'echada' del cuadro mistiano, situación que no se manifestó en lo absoluto por la entrega inagotable de Melgar.
Entrega inagotable y avasallador juego de los de Rafo Castillo porque desde el pitido inicial de Buckley se lanzaron con fiereza al ataque como si fuesen ellos los que luchaban por el trofeo máximo de la segunda mitad del año. Siendo Ysrael Zúñiga arma principal de la ofensiva rojinegra. Avance tras avance traía agotado a Joel Pinto por las múltiples atajadas que el golero tuvo que esforzarse para lograr. Incluso un tiro libre terrible de Francisco Hernández que pegó en los dos parantes verticales y el contrarremate de Zúñiga dio en el travesaño. No tendría que esperar más el 'Cachete' para poner en ventaja a su equipo, ya que a los 42' de la primera etapa, el '9' mistiano quedaría solo frente a Pinto tras una desatención de la zaga íntima. Así, se iría el once grone a vestuarios, con un baldazo de agua fría sobre el final.
Para quienes vimos a Reimond Manco desde el inicio del segundo tiempo -por Mendoza, quien tiene el nivel de un amateur- sentimos por un momento que esto era un minisuicidio para el ex jotita, pues ya era la fórmula recurrente de Arrué para los complementos, por lo que Rafo Castillo ya habría tomado sus precauciones. Sin embargo, quedó demostrado que siempre el desequilibrio será inapelable para cualquier disposición táctica existente. Manco se convirtió en el dueño del campo, arrancaba desde mediocampo, descontaba rivales, centraba y llevaba peligro, hasta se daba abasto para marcar. Ya era pues el segundo tiempo un compendio de incursiones blanquiazules al arco de Carranza, siendo una un centro desde la esquina de Manco para que el ecuatoriano Saritama conecte de cabeza lo que sería el empate.
Los minutos que quedaban luego del tanto del norteño fueron de infarto para cualquier simpatizante, hincha o fanático victoriano. Ocasiones desperdiciadas por Arakaki, Salazar y Saritama. No obstante, a los 76' un centro de Manco hacia la testa de Benavides -perfectamente habilitado y a despecho de la negativa de Phillip Butters, quien considera al gol legítimamente anulado- derivó en el gol del triunfo que no se validó, pues el juez de línea consideró que Luis Fernando Saritama, a quien no iba dirigido el pase, participó directamente en la consecución del tanto. Ya parecían muertas todas las esperanzas grones, ni Manco con sus malabares podía hacer todo en soledad. Si bien dicen que no puede ser blanquiazul aquel que no haya sufrido, lo de ayer fue imperdonable, para nuestros atacantes y para el asistente que erró en nuestra contra. El próximo fin de semanas sabremos si sirvió de algo este punto.
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