Alianza tuvo su Noche de Brujas

En un partido de ultratumba, Alianza y San Martín no se hicieron daño y empataron 0-0. Reimond Manco estuvo fatal y no pudo 'disfrazar' la ausencia de Mendoza. La blanquiazul se aleja del título.

(El Bocón) Esos zapatitos rojos eran para estrenarse en un segundo tiempo. Se compraron para impresionar. Para superar cuando las lenguas rivales colgaran extenuadas por sobre los labios. Para bailar sin necesidad de música. Todos hubieran querido que los 39 de Reimond Manco ingresaran para desterrar el empate. Al final se fueron como llegaron, como los zapatos de la cenicienta, dejando a Alianza sin fiesta después de la medianoche. Una vez más el equipo de Miguel Ángel Arrué fue todo lo contrario a su antecedente inmediato. La hegemonía mostrada ante Sport Ancash sólo días atrás se diluyó en una noche de Canción Criolla sin jarana. Y la misma figura se proyectó a nivel individual en la presencia desencantada de Manco. De factor sorpresa en los segundos tiempos con sobrios chimpunes, paso a ser la predecible imagen de una vedette con zapatos rojos. Después de dos tacos lanzados con aires de autosuficiencia, se fue opacando hasta desaparecer completamente, mientras Arrué no paraba de fumar su enojo en largas bocanadas de humo.

Desde el inicio, Manco no terminó de acomodarse en el orden preestablecido del equipo. Y así, todo el primer tiempo pasó dejando sólo el susto de ese penal que “Monón” Alvarado le cometió a Arriaga, pero que Pacheco no quiso ver. Aun sin inconvenientes en el fondo, y con un trabajo prolijo de Ciurlizza en el mediocampo, a los blanquiazules les costó hallar la fórmula para desentrampar esa intrincada red defensiva -que empezaba con un pressing chicloso en la zona medular- planteada acertadamente por el “Chino” Rivera. Así, las vías de ataque se fueron recortando y Manco se convirtió en uno más. Maestri errático. Saritama desamparado, sin el socio ideal. Cuando esos zapatitos rojos -a los que se le perdonó errar más de un pase- se despidieron ante la muda desilusión de la tribuna, Alianza ya empezaba a ceder ante el desorden surgido por la impaciencia. El que pudo ser el factor decisivo en un escenario posible como un empate cerrado, se fue dejando su lugar a Benavides. Y desde entonces, todo intento terminó siempre frustrado ante la estupenda labor de Hinostroza, Carrillo y Pérez.

Con excepción a ese mano a mano que tuvo Saritama frente a Butrón a los 14’ del complemento, al equipo de Arrué le fue imposible moverse con la facilidad que sí ofreció la otra vez Sport Ancash y sus vacíos. Y perdió, enviando a Manco desde el arranque, ese factor sorpresa necesario en un segundo tiempo, que los zapatitos rojos estaban dispuestos a asumir.

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