Sport Boys venía muy inflado, los rosados querían festejar antes del partido con Alianza. Sin embargo, se encontraron al frente con la blanquiazul en subida, quien los devuelve a tierra y de paso empieza a trepar posiciones.
Si en la vereda de enfrente se vanaglorian de una virtud exclusivamente suya, todos ellos deben estar ahora mismo buscando otro "atributo", porque ayer se demostró que la garra no tiñe de crema sino de blanquiazul. El partido desde horas previas marcó el favoritismo de los once rosados que saltarían a la cancha del 'Miguel Grau'; sin embargo, la cautela se adueñaba de los dirigidos por Arrué. Así, Alianza se plantó en mediocampo con la firmeza de una cerradura, el técnico íntimo sabía que el juego del rival giraba en torno al colombiano número 20 y sin prejuicio alguno ordenó a Jayo y Torres que buscaran al cafetero, que lo "rascaran" si es necesario. Si bien Jayo mostró algunas dudas, el 'charapa' no se hizo de mayores inconvenientes. Con un inspirado Junior Viza -el mejor de la noche- y un Saritama cumplidor, Alianza no tiró en balde tantas energías en ataque. Además, el chileno Arrué aprendió hoy que no hay excusa como "cuando se vienen a tirar atrás es imposible", porque ayer los íntimos cumplieron una eficaz labor defensiva y un feroz contragolpe, dignos de un inteligente equipo visitante que busca el resultado.
Pasando a las acciones, Alianza generó las más claras, ante la solvencia de la zaga 'grone' y el dinamismo de los arranques de Guizazola -errático en los centros durante los primeros minutos- se abrieron los caminos ofensivos por las bandas. Como a los 28', cuando Guizazola desbordó y dejó que el ecuatoriano Saritama envíe un teledirigido a la testa de Maestri, quien sólo tuvo que servir a un difuso Mauricio Mendoza, para que el ¿delantero? convierta su primera excusa... mejor dicho gol, para que no sea tan reprochado a la hora de revisar saldos. De ahí en más, como era de esperarse, Sport Boys se lanzó instintivamente al ataque, minutos en los cuales tuvo su mejor opción en los pies de Sergio Ibarra a los 32'. Fue el momento exacto, para la lección "El juego de visita" del mapocho Arrué, agallas en defensa y contragolpes siempre inquietantes.
La desesperación empezaba a correr por las venas de los jugadores locales, Sport Boys buscaba con esmero pero centraba su juego en el 'gordito' del mediocampo, muy bien controlado. Así Alianza aguantó lo que quedaba de la primera mitad.
Para los 45' restantes, con las inclusiones de Cruzado y Herrara para los porteños, el juego se hizo para un lado. Ataques sucesivos de Boys en busca de la paridad, hasta ese momento Alianza cumplía con creces su rol de 'equipo ganando 2-0', a sabiendas que un gol local en esos minutos podría ser fatal minutos después. No obstante, una pared bien engendrada por Montaño obliga a Salazar a cometer una falta contra el colombiano EN EL BORDE DEL ÁREA, jugada que el árbitro Percy Rojas cobró increíblemente como PENAL. Luego, de un tiempo muerto, Herrara se pararía frente a la redonda y convertiría con fuerte remate el descuento para los chalacos, eran los 61' y Alianza debía ser más cauto que nunca. Desde ese momento no hubo luces que se apagaran ni sucesos extraños, sólo la inteligencia en el juego que va desarrollando Alianza Lima en esta segunda ronda que comienza y... claro, Miguel Ángel Arrué supo hoy cómo debe jugar un visitante.
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